El derecho venezolano de los Marlins cerró con elogios su tercer torneo arriba, convertido ya en un pitcher más que confiable en la rotación de su equipo. Deja cifras elitescas en ponches propinados, control y menos jonrones recibidos
Por Ignacio Serrano
ElEmergente.com
El manager Don Mattingly repitió durante dos años una especie de mantra respecto al pitcher venezolano Pablo López: su talento era real, pero necesitaba aprender a lanzar, mejorar su plan de juego y la precisión de sus lanzamientos, para convertirse en un verdadero as, ese tipo de monticulistas que pueden enfrentar tres veces al mismo lineup en un mismo juego y salir avante en el reto.
Este 2020, en su tercera campaña arriba, López demostró cuánta razón tenía su piloto.
El derecho zuliano cerró la campaña regular como el legítimo número uno en la rotación de los Marlins de Miami, luego de 11 aperturas en las que mejoró todos sus promedios respecto a 2018 y 2019.
Su última faena fue impecable y llegó cuando los peces más lo necesitaban: nada menos que frente a los difíciles Bravos de Atlanta, el lineup más bateador de las Grandes Ligas, y en plena lucha por lograr un inesperado lugar en los playoffs.
El resultado fue una línea de cinco innings en blanco y solamente dos hits, con un par de boletos y seis ponches más.
«Esto significa muchísimo», exclamó el nativo de Cabimas a la agencia The Associated Press y otros medios de comunicación, luego de su dominante desempeño. «Obviamente todos los encuentros son importantes en una temporada tan corta, pero sabíamos que este iba a ser el más importante de todos hasta ahora».
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Miami se puso a un tris de avanzar a la postemporada y lo hizo ante el líder de la division.
Mattingly solo tuvo elogios para su pupilo: «Creo que fue impresionante lo que hizo», dijo, de acuerdo con el diario Miami Herald.
López fue el único serpentinero de los Marlins con 11 inicios. Debido a lesiones, covid-19 o por empezar en el campo alterno, sus colegas trabajaron poco más de la mitad de las veces, respecto a él.
Su efectividad de 3.61 es la mejor para él en su trayecto como bigleaguer y encabezó a su escuadra con 1.19 de WHIP, 3.08 de FIP y 0,6 jonrones por cada nueve entradas.
Mantuvo su buen control, con 2,8 boletos por cada nueve actos, pero mejoró a nivel de élite su media de 9,3 abanicados en ese mismo trayecto.
López cierra con una efectividad ajustada de 123. Es la primera vez que termina arriba de 100, lo que significa estar por encima del promedio que ponen todos los pitchers en la MLB. En su caso, cierra como un tirador 23 por ciento mejor que la media de las Mayores, y esa es la última demostración palpable de que esta termina siendo su primera gran temporada en el Big Show.
Por Ignacio Serrano