EL EMERGENTE. La difícil encrucijada de los Leones del Caracas

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EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
¿Qué debe hacer el Caracas para ganar el corazón de su fanaticada y volver a ser un equipo ganador?
La pregunta no es retórica. Posiblemente sea una de las interrogantes más complejas y apasionantes que flotan en el aire de la LVBP durante este receso entre temporadas.


Hace algunas semanas empecé una serie para evaluar lo sucedido con cada equipo en el más reciente campeonato y tratar de precisar cuáles deberían ser los desafíos a abordar en estos meses que ya corren. El día a día del Spring Training ha demorado las últimas tres entregas. Pero ya es hora de completar la tarea. Y uno de esos asuntos pendientes es repasar el difícil momento que viven los Leones.
Puede que solo la afición de los Tiburones sienta más desazón que la legión caraquista en estos últimos tiempos. O al menos eso es lo que cualquier persona desavisada concluiría al revisar las redes sociales, donde abunda el despecho por una década casi perdida.
Se entiende el dolor de los melenudos, claro. Es la franquicia con más coronas en el circuito, una de las tres más antiguas (que comparte con Cardenales la fecha de fundación en 1942 y solo va por detrás del Magallanes). Y jamás había visto transcurrir un decenio completo sin celebrar una corona.
Esa racha llegó a su final con la pronta caída en los playoffs de la campaña 2019-2020 y la amarga eliminación sufrida en el último torneo. Ambos epílogos fueron ingratos. Sumando más derrotas que victorias en ambas justas, con una importación asombrosamente discreta y la ausencia generalizada de sus principales figuras.

¿Por dónde empezar? El pitcheo, ciertamente, ha sido el flanco débil. Especialmente el abridor. Fue una lágrima en los últimos campeonatos y afectó el resto de las áreas. No olvidemos que los melenudos estaban a un tris de desplazar a Caribes de la primera posición en pleno diciembre, cuando los relevistas se agotaron y el edificio se desplomó. Caracas, que llegó a tener la mejor efectividad colectiva cruzando la mitad del calendario, debió renunciar a la postemporada gracias a una rotación que tuvo 7.01 de efectividad y que, en promedio, recorrió apenas 3.1 innings por apertura. No hay bullpen que soporte esa presión.

El remedio pudiera estar en casa, paradójicamente, y también en el mercado de cambios.
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Los capitalinos han sido muy poco activos en el mercado. Aunque algunas de sus piezas predilectas han llegado por esa vía –Wilfredo Tovar, por ejemplo, o José Rondón, y tiempo antes Jesús Guzmán– se han convertido en el club que menos acuerdos cierra con sus competidores y colegas.
Esta reticencia puede tener causas ajenas, como a veces ha dicho su alto mando, señalando que los tratos propuestos han sido, a su gusto, desequilibrados y potencialmente perjudiciales. Pero también puede estar evidenciando una cautela exagerada que, a fin de cuentas, no ha resultado provechosa. Unos Leones más activos, tiempo atrás, fueron definitivamente más exitosos, porque nunca pasaron una década completa sin lograr una corona.
Pudiera decirse desde  afuera que para obtener buen talento hay que entregar buen talento, y que ahora mismo hay en el roster muy poco que ofrecer. Pero es falso.
Los metropolitanos poseen una de las nóminas más atractivas de la liga. Solo Magallanes tuvo más bigleaguers que ellos en 2020 y esa punta de la pirámide responde a una base ancha. Es una novena con importante capacidad de reclutamiento. Aunque últimamente no veamos a muchos de ellos en acción por aquí, son parte del conjunto.
Esto pudiera revelar un doble filón. Hay piezas que ofrecer a otros, aunque muchas no juegan aquí, pero al mismo tiempo ¿por qué no juegan aquí? ¿Hasta qué punto la oficina caraquista ha fallado en generarles el entusiasmo para defender la causa del club?

El país ha cambiado mucho. Se ha deteriorado sistemáticamente en la última década. Es verdad que hay peloteros ausentes por cuestión de estatus, porque pocos grandeligas juegan en el Caribe ya, o por ser legítimos prospectos, lo que en esta época mueve a las organizaciones de MLB a restringirles su participación en casa. Pero el auge de la delincuencia que llevó a los elencos de Grandes Ligas a mudar sus operaciones de Venezuela a República Dominicana también comenzó a alejar a las estrellas. Y luego de eso, a la decisión de venir en octubre se sumaron la escasez de productos básicos hasta 2017-2018, aproximadamente, y las fallas de servicios elementales luego, como gasolina, electricidad, gas o internet. No debe ser fácil para un pelotero residenciado en el exterior, que allá no sufre colas ni apagones, hacer maletas para viajar a sabiendas de que deberá sufrir esas cosas en los siguientes tres meses o cuatro meses.

Todo eso puede explicar las ausencias que el público y el equipo tanto echan de menos. Pero así como otras divisas han logrado que algunas de sus estrellas sí se presenten y marquen diferencia, como Ildemaro Vargas con Lara o Willians Astudillo con Anzoátegui, llama la atención que los felinos, con más peloteros firmados y más bigleaguers, cuenten últimamente con menos figuras activas que sus rivales.
Los pasados cinco campeones (dos veces Cardenales, dos Caribes y una las Águilas) se construyeron a partir de proactivas acciones en el mercado de cambios y la presencia de estrellas criollas que respondieron al llamado de sus camisetas. Cada uno de esos casos ha sido así.
A todo eso debe unirse la importación, que ha dejado de ser competitiva. Una novena con carencias no puede permitirse jugar con cuotas de extranjeros incompletas y mucho menos contratar refuerzos forasteros que no están al nivel del circuito. Ambas cosas vienen pasando en la capital desde el torneo 2019-2020.

La solución a esto último no pasa tanto por la gerencia, sino por los accionistas. La orden a la oficina ha sido trabajar con un presupuesto reducido, respecto a tiempos pretéritos. Con menos dinero para gastar, es lógico que los mejores importados terminen en otros lugares, a menudo con tus adversarios. Posiblemente sea también una traba que hace más difícil convencer a los peloteros criollos de que vale la pena reportarse al Universitario. Sí, el dinero mueve al mundo, y eso incluye salarios, pero también incluye incentivos y comodidades. Un ejemplo lo dio el propio Caracas de los tiempos de Dave Hudgens, el último Caracas campeón, que a sus importados –de gran calidad– les organizaba paseos y cenas en posadas del Ávila, por ejemplo, para pasar el Día de Acción de Gracias o Navidad. Todo eso requiere de un presupuesto que hoy sus administradores no manejan.

Algunos contrincantes sí parecieran dedicar esfuerzos a estimular a sus jugadores. Y casi todos han sido más proactivos en el mercado de cambios. Anzoátegui, sin ir tan lejos, salió nada menos que de Alexi Amarista y Gorkys Hernández antes de la 2020-2021 y terminó campeón.
Los Leones son, en este momento, una empresa en problemas, pero con el mayor potencial imaginable. Es posible que la solución a sus adversidades esté en casa y, aunque las dificultades económicas ciertamente son enormes, cuenta con una anchísima base de aficionados que le hizo ser un proyecto próspero en el tiempo. Enamorar a su público para hacerle llenar otra vez las tribunas, cuando eso vuelva a ser posible, pasa por impulsar con esfuerzo y sacrificio un proyecto que comience con los dueños y termine en el batboy.
Ignacio Serrano

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Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor. Escribo sobre beisbol desde 1985. Dirijo ElEmergente.com. Soy comentarista en el circuito radial del Cardenales de Lara y en Televen, tanto en las transmisiones de la LVBP como en la MLB. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

6 COMENTARIOS

  1. Excelente articulo, asi es Ccs tiene una base solida tanto en MLB como en las menores pero mientras no haya interes en crear un proyecto de equipo e invertir no habra nada que hacer…

  2. La encrucijada del Caracas se resuelve de la manera mas sencilla, con dinero, el problema no es deportivo el problema es económico. Si tienes una empresa por q a fin de cuenta eso es una empresa y no le inviertes dinero el resultado va a ser el fracaso. Si a eso le sumas que tu competencia si lo hace es mas que seguro que vas a fracasar. La historia lo demuestra. ejemplos hay muchos. Que le paso Research In Motion? dominaron al mundo con el Black Berry pero no innovaron no invirtieron.. resultado, el fracaso y así se pueden colocar N cantidad de ejemplos. Yo he tenido la suerte de ver a todas las gerencias de los Leones del Caracas. Y el único que realmente colocaba el triunfo deportivo por encima del económico es el Negro Prieto. El hijo Prieto Parraga vivió de lo que sembró su padre y cuando le toco invertir el Caracas toco fondo y lo vendió. Ariel Pratt todavía me pregunto como llego a ese puesto. Y este señor Ávila no hay que ahondar mucho en el tema mas que conocido. Siempre los aficionados vamos a ver el lado romántico del deporte, mientras los dueños van a ver el lado económico, maximizar ganancias por encima de inversión y eso hacen los Cisneros. espero q el Caracas de perdidas económicas para ver si esta gente le vende el equipo a alguien q realmente quiera ganar y sepa balancear lo económico con los triunfos deportivos.

  3. Disculpa pero la realidad es que hay personas como Luisito Ávila el mismo que tiene 11 años tratando de armar un equipo campeón y ve más ganancias en el mercadeo y cambios de peloteros ve una jugosa ganancia por Dios tu análisis herrado di la verdad

  4. Siempre que creído que hay gerencias para tiempos de bonanza y otras para tiempos de crisis,el sr. Ávila no tenido la capacidad de liderizar la Institución en estos momentos de apremio por el contrario ha incendiado al equipo en varias oportunidades !

  5. !No sean inocentes, para la Gerencia no hay problema alguno ¿Que equipo de la Lvbp lleva en promedio 10.000 fanàticos por juego? Solo los LEONES, ademàs el gobierno ahora financia a los equipos y El Caracas invierte poco de lo que le dan y gana mucho por la taquilla y demàs royalties, ¿Malo? !malo no es! Y disculpen la franqueza.

  6. Aqui el problema es gerencial. La pésima labor de Ávila debe terminar. En MLB si un gerente bi rinde frutos en máximo 3 temporadas lo cambian . Eso es lo que necesita el equipo un buen gerente general.

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