Por Alfredo Villasmil Franceschi
Santo Domingo. Viene la semifinal de la Lidom, y con ella vienen las emociones al máximo para los seguidores del beisbol dominicano.
Atrás quedó el tiempo de las especulaciones. Ahora es tiempo de matar o morir, en series directas. Uno a uno.
Son dos series de siete juegos para ganar cuatro. Algunos peloteros se han ido, como Vladimir Guerrero Jr., quien acompañó a los Leones del Escogido hasta donde estos llegaron. Una vez eliminados, decidió descansar y seguir individualmente su preparación para la temporada de 2021.
Digamos que la figura más resaltante de los que llegaron a la postemporada, producto del draft, es César Valdez. El relevista de los Orioles de Baltimore fue la primera escogencia. Los Gigantes del Cibao lo vieron disponible y no lo pensaron dos veces.
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“Sé que voy a abrir un juego”, dijo el derecho. “No sé cuál, pero voy a abrir un juego”.
Y es que Valdez, quien funge en las Grandes Ligas como relevista, siempre ha sido iniciante en esta liga. De hecho, estaba listo para entrar a la rotación del Licey y le contrajo covid-19. Cuando se recuperó ya el equipo estaba casi listo, fuera de carrera.
Otros que seguirán en liza son Fernando Tatis Jr. y Robinson Canó, así como Carlos Martínez, el Tsunami, Melky Cabrera, Juan Lagares y Erwin Santana.
Todos los equipos tienen figuras. El cubano Yasiel Puig continuará con los Toros, también Domingo Germán.
Aún está por verse si Gary Sánchez se monta en el barco de la postemporada con los astados. Pero, sea como sea, la emoción continuará a millón en esta postemporada.
La campaña estuvo llena de grandeligas y figuras criollas de alto rendimiento. Esos famosos peloteros Triple A que siempre son necesarios en los circuitos caribeños. Pues ellos son tan importantes como los bigleaguers.
Quizá sea el tiempo de Ronald Guzmán, Juan Francisco, Domingo Leyba, Júnior Lake, Jordani Valdespín.
O quizá veamos a Fernando Rodney tirando sus flechas al aire y a Jairo Asencio consolidando su leyenda cerradora. Todo parece indicar de que estaremos en presencia de una semifinal de alto voltaje.
Por Alfredo Villasmil Franceschi