EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
La salida de Gorkys Hernández puede catalogarse como inevitable para Caribes. La suya fue una posición muy vocal, diríase que reiterativa, pidiendo a través de entrevistas y redes sociales un cambio de equipo en la LVBP.
Se trata de un punto de partida desafortunado para Anzoátegui y su afición. Independientemente de que este buen jardinero central terminara en otro equipo, como sucedió, su valor en el mercado inevitablemente sufrió un bajón, debido al impasse.
Es un hecho: la tribu ha podido conseguir más por él, en caso de haberse manejado todo con mayor discreción.
El caso se parece mucho al de su ex compañero Alexi Amarista, otro histórico de los aborígenes, que terminó pasando a los Tigres, días atrás.
Dejemos aquí ese análisis, para quien quiera leerlo, y evitemos ser reiterativos respecto a lo que significa enfrentar el mercado de canjes en la posición en que el uno y el otro pusieron a los orientales.
El caso de Hernández tuvo una implicación importante: tan solo dos escuadras terminaron interesándose en sus servicios. Además de Cardenales, que resultó el ganador de la puja, se manifestaron los Tigres. Los demás, según fuentes del circuito, prefirieron abstenerse, amoscados por las declaraciones de un peloteros con gran talento, pero a quien temieron díscolo. O como dirían nuestras abuelas: respondón.
Puede que el sucrense no sea así. De hecho, su carrera ha sido impecable. Pero la imagen y las relaciones públicas también cuentan. Por eso costó tanto negociarlo, porque los indígenas no querían entregarlo a cambio de poco o nada.
Y al final, ¿valió la pena el pacto?
Las discusiones con Lara tomaron meses, nos dicen. Y no fueron fáciles. Es cierto que el paquete pudo ser mayor, pero en tales circunstancias, los aborígenes recibieron dos piezas que pueden ser de gran utilidad.
Andrés Machado es la recompensa inmediata. Es un relevista con recta poderosa, grandeliga en 2017. Ya no es un muchacho, pero a los 27 años de edad pudiera quedarle un recorrido aceptable en el circuito. Está saludable, después de algunos problemas físicos. Puede ser parte del comité que tire los últimos innings, cuando Caribes esté en ventaja.
Diego Castillo es la promesa futura. Pero ojo, que está casi listo para servir de ayuda. Acá es poco conocido, pero los scouts le tienen afecto. Puede jugar segunda y short, aunque es un torpedero natural, con alcance por arriba del promedio y un brazo al menos adecuado. No ha mostrado poder y su promedio es discreto (.268 en cinco campañas en las Menores), pero se ha ponchado poco (197 veces en 1.926 apariciones legales) y ha mostrado algo de disciplina en el home.
¿Basta con eso? Sí, en caso de que Machado, como esperan en Puerto La Cruz, pueda ayudar activamente este año y quizás un par de torneos más. Que sea protagonista en el cuerpo de bomberos, vaya. Hasta ahora no ha mostrado tener el perfil de un Jairo Díaz o un Léster Oliveros, pero pudiera ser alguien con un aporte semejante al que ha hecho Jean Toledo. No solo hay que proteger los últimos dos actos. Aunque, claro, para eso es necesario que el diestro carabobeño cuente con buena salud en adelante.
Castillo es una apuesta interesante. No ha debutado en Venezuela, pero recibió un bono de 750.000 dólares al firmar con los Yanquis. Los evaluadores creen que, al menos por su defensa, llegará a las Grandes Ligas. Si lo hace, y no se consolida allí, pudiera pasar a ser uno de esos jugadores tan buscados en la pelota invernal, como Amarista o Luis Sardiñas; bigleaguers que carecen de restricciones, pero que desarrollan su talento lo suficiente como para marcar diferencia en el Caribe.
Son apuestas, claro está. De eso se trata todo cambio, máxime cuando se tiene la obligación de realizar la transacción porque uno de los involucrados lo está exigiendo por todos los medios posibles, señalando que el divorcio es imposible de evadir.
El caso larense es distinto, porque han adquirido a un pelotero que está más que listo para la brega.
Hernández cuenta con una defensiva de primer nivel, usa la velocidad como arma y posee un bate que tiene contacto, pero ocasionalmente también enseña poder. Era una joya a la búsqueda de engarce. Súbitamente. los pájaros rojos pasaron de no tener alternativas de experiencia en el outfield a contar con él, con José Tábata y René Reyes. El segundo tiene que demostrar cuánto le queda y el último está cerca del retiro. Pero entre los tres, dotan a los crepusculares de una profundidad que no tenían.
Su llegada ocurre a cambio de muy poco, en términos absolutos. A diferencia de otras novenas, donde el pitcheo no abunda, los occidentales podían prescindir de Machado porque tienen muchos brazos, abridores y relevistas. Y Castillo, aunque talentoso, nunca debutó con la escuadra de su tierra natal y en todo caso es un buen precio para obtener al último engranaje que hacía falta en los planes de la oficina para emprender camino en pos del difícil tricampeonato.
Sí, Caribes perdió a dos emblemas de su dominio reciente, pero pudo obtener pitcheo para el corto plazo y dos infielders con chance de crecer.
Cardenales, entretanto, logró redondear el cuadro que tanto deseaba, dando profundidad a un conjunto que ya era favorito antes de completar esta transacción.
Ignacio Serrano
Ayuda a que El Emergente no se pierda un juego. Colabora con este proyecto en la página patreon.com/IgnacioSerrano
Eso de traer a un jugador que anda peleado con su equipo es peligroso, deseamos salga bien para cardenales pero qué pasa si no le dan el tiempo de juego que desea?
Caribes salió de sus dos figuras emblemáticas …..no obstante tienen una base criolla que le da la opción de llegar a play off pero ja gran incógnita es el Sr Jackson melian será el F(x) de caribes….el año pasado no tubo la madurez para manejar el equipo en la final hasta el punto q marco la salida de amarista y gorkys…esperemos q el sea el próximo en salir!!!