El veterano Zack Greinke amarró a los Rays como en sus mejores tiempos y esta vez los Astros no cometieron fallo alguno, para llevarse una trabada victoria este miércoles. Todavía restan dos pasos de difícil cumplimiento antes de forzar un eventual séptimo decisivo en la Serie de Campeonato
Por Ignacio Serrano
ElEmergente.com
Los Astros tienen que jugar como este miércoles para mantener la esperanza de forzar un séptimo decisivo juego ante los Rays: sin fallos, sin errores y con algunos desempeños superlativos de su muy bien pagada y reconocida nómina de peloteros.
Esta vez no hubo errores. Ningún parpadeo del que aprovecharse Tampa Bay. Fue un duelo de abridores, un clásico libreto en postemporada, y el veterano Zack Greinke salió con la mejor parte, porque lanzó como en sus mejores tiempos.
Greinke viene de una temporada discreta y un octubre relativamente pobre, dados sus antecedentes y el hecho de que comparte con Gerrit Cole el privilegio de ser los pitchers más caros del beisbol, según el salario de 2020.
El derecho amarró a sus adversarios durante seis innings, en los que solo permitió cinco hits y un boleto, con siete ponches y dos carreras. Pero la clave del duelo quizás estuvo en una decisión de su manager Dusty Baker, a quien debe reconocérsele el éxito de su medida «a la vieja escuela».
Baker ha debido llevarse a su as en el sexto pasaje. Houston ganaba por dos, venía por tercera vez al plato la eficiente alineación de los visitantes y las bases estaban llenas, con Michael Brosseau en el plato, el héroe del quinto duelo contra los Yanquis.
¿No era demasiado riesgo? ¿No era preferible buscar un brazo fresco? Aunque, por otro lado, el bullpen de los texanos no ha sido comparable al de los campeones de la División Este. Ser o no ser. El veterano manager prefirió dirigir como en los viejos tiempos y funcionó.
Entre José Altuve y George Springer habían empujado las cuatro que bastaron para la victoria. Altuve con cuadrangular y doble, Springer con jonrón.
Y aunque Christian Javier patinó en el noveno, aunque el cerrador Ryan Pressly recibió el doblete de Willy Adames que puso la pizarra 4 por 3 y la carrera de empate en segunda, la tropa de Baker prevaleció. Aunque dejar a Javier para empezar ese último pasaje, otra corazonada del viejo zorro, por poco le cuesta la celebración.
Bien. Tienen que hacer eso tres veces para llegar a un séptimo choque.
La tarea de los Astros este miércoles era evitar la barrida. La de este jueves es jugar para evitar la celebración de los Rays, sin pensar en forzar el séptimo cotejo. Porque para eso, ya habrá tiempo para pensar mañana, si Houston puede volver a jugar sin errores ni despistes ante los Rays.
