Los Ángeles ganó la guerra de detalles en el quinto choque de la Serie Mundial, mientras su as completaba la que, sin duda, es su mejor postemporada, con todo y récord
Por Ignacio Serrano
ElEmergente.com
Los Dodgers necesitaban ganar el quinto juego, para no quedar contra la pared ante los dos mejores lanzadores de los Rays. Y Clayton Kershaw necesitaba demostrar, al fin, que puede ser un pitcher especial en la Serie Mundial, no solo en temporada regular.
El tres veces ganador del premio Cy Young, futuro miembro del Salón de la Fama, completó su mejor postemporada este domingo. Lo hizo con estilo, arrebatándole un récord a Justin Verlander y dejando a los suyos a ley de un triunfo para celebrar su primer anillo desde 1988.
Kershaw es un muy buen lanzador. Ocho veces ha ido al Juego de Estrellas y su efectividad ajustada de por vida es 158, nada menos. O lo que es igual, ha sido un pitcher 58 por ciento mejor que el promedio del beisbol durante el tiempo que tiene en la MLB.
Era inconcebible que alguien con esos registros llegara al lance contra Tampa Bay con 4.84 de efectividad en Series de Campeonato y más de 5.00 en la Serie Mundial.
Luego de su última salida contra los Bravos circuló un doloroso meme que le pintaba el rostro como el Guasón, el famoso personaje del universo DC, replicando la película The Joker, pero cambiando el nombre del film para colocar The Choker, expresión que se usa en el deporte estadounidense para referirse a alguien que se ahoga en los momentos de presión.
Ahora Kershaw es candidato a Jugador Más Valioso, después de 5.2 innings en los que aisló cinco hits y dos carreras, para llegar a dos lauros ante los floridanos, y con 2.31 de efectividad.
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Todo eso lo consiguió mientras rebasaba el récord de más ponches de por vida en encuentros de playoffs, que estaba en poder de Verlander.
«Bueno, es que he lanzado mucho», rio Kershaw en la entrevista final que puso al aire MLB Network.
El manager Dave Roberts se lo llevó apenas completó dos vueltas el lineup de los contrincantes. No quiso repetir la historia de su único encuentro malo de este octubre que ha sido positivo para él. Sobrevivió a la intentona en su contra en el tercer pasaje, cuando los Rays anotaron sus únicas rayitas gracias a su conexión cubana, empujadas por un triple de Yandy Díaz y un sencillo de Randy Arozarena. Sobrevivió incluso a la tratativa de robo de home con que Manuel Margot casi le empata la pizarra en el cuarto.
Desde la cueva vio después cómo esta vez sus relevistas trabajaban de manera impecable. Y dejó su efectividad en 2.93, la mejor postemporada de su larga carrera. Eso sí, el cerrador no fue Kenley Jansen, que fracasó el sábado, sino un comité que Blake Treinen completó.
Los Ángeles ganó por eso y porque venció en la guerra de los detalles. Margot fue out por apenas centímetros, pero lo fue, y dio fin a una entrada en la que los orientales han podido voltear la pizarra. Luego, en otra cuerda floja, con hombres en primera y segunda, en el octavo, Arozarena y Brandon Lowe atacaron ambos el primer pitcheo de un apagafuegos que acababa de entregar un pasaporte, Víctor González, y los dos fallaron, en el último chace real que tuvieron de venir de atrás.
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Lo demás se resume con el hacer las cosas bien de los Dodgers, que tomaron la delantera en el primer inning, ante un Tyler Glasnow que volvió a fallar, y luego añadieron dos más por jonrones solitarios de Joc Pederson y Max Muncy.
Era todo lo que bastaba para conseguir la victoria.
El resultado volvió a cambiar el panorama de la serie, drásticamente. De haber ganado Tampa Bay, iría en ventaja con sus dos mejores abridores, Blake Snell y Charlie Morton, con Los Ángeles dependiendo del inexperto Tony Gonsolin en el sexto juego. En cambio, Gonsolin tiene ahora margen de error y el as Walker Buehler espera para un séptimo choque, de ser necesario.
Todo, gracias a que Kershaw fue, por fin, el Kershaw que todos esperaban. Y a que los Dodgers jugaron como se le debe jugar a los Rays: sin fallos. No hay otro modo de derrotar en 2020 a los campeones de la Liga Americana.
Ignacio Serrano