por Oakland este año con su antiguo prospecto número 1, Franklin Barreto?
venezolano hizo algo incorrecto o mereció algún tipo de sanción moral. Y sin
embargo, los Atléticos le tuvieron arriba desde el inicio de la temporada y le
dieron apenas 10 turnos al bate, incluyendo solo un juego como abridor, y ese único cotejo llegó cuando
estaban a punto de cambiarlo a los Ángeles.
Barreto no dio hits. Su average de .000 quedó como un testimonio más del sinsabor que le tocó experimentar. Durante cuatro campañas fue subido varias veces desde las Menores y prácticamente nunca recibió un vistazo como titular.
Era difícil que así fuera, es verdad. Le tocó competir en posiciones donde la organización tenía piezas también valiosas, aunque Melvin repitió desde el Spring Training que esta vez sí iba a jugar, sin llegar a cumplir su palabra.
Fue un tema al que dedicamos la columna el 13 de agosto.
Pero todo eso quedó atrás. A Barreto posiblemente le costará tomar el paso este mes, pero lo mejor que puede hacer es olvidar y perdonar, para no cargar con eso en la cabeza ni en el alma.
El caraqueño se enfrenta ahora con el que puede ser el mejor momento de su carrera. Ese tiene que ser su foco. El cambio de equipo, ahora con Anaheim, representa para él la oportunidad que no tuvo en Toronto, porque apenas estaba creciendo y era adolescente, ni tampoco en Oakland, de donde ya no vale la pena hablar.
En esos dos clubes fue prospecto principalísimo. Con los Ángeles es una apuesta a corto plazo, un talento desaprovechado que, en caso de responder según la hoja de los scouts, puede convertirse en solución de largo término.
Es un club sin esperanzas clasificatorias, dispuesto a probar y a construir. Mejor todavía.
El manager Joe Maddon le dio la bienvenida asegurando que va a jugar «literalmente en todos lados». Por ahora él si está cumpliendo su palabra. En el primer encuentro le usó como emergente, en el siguiente le dio la segunda base y en el tercero lo alineó en el left.
La defensa no es su principal virtud, sino el bateo. Aunque ligó para .180 en sus cuatro torneos con los Atléticos, ha triturado las demás ligas por donde ha pasado, incluyendo Triple A y la LVBP.
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Maddon goza cuando tiene peloteros capaces de rendir con el bate mientras ayudan en varias posiciones. Barreto puede jugar short, pero también segunda e incluso algunas veces estuvo en el center, en las Menores.
Andrelton Simmons le cierra las paradas cortas ahora mismo, Shohei Ohtani le cierra el rol de designado y los tres jardines tienen dueño en el Angel Stadium. Pero sin Tommy La Stella, enviado a la Bahía de San Francisco en el cambio que le llevó a los querubines, no es imposible que termine peleando la intermedia, que eventualmente recale allí y que sea ese su lugar en los años por venir, en caso de demostrar que también puede aportar con el madero en la Gran Carpa.
Solo tiene 24 años de edad. Ahora es que empieza su reto. Y frente a él tiene al mejor de los espejos, su ex compañero y compatriota Renato Núñez, otrora gran prospecto de Oakland, también dejado a un lado por circunstancias similares y hoy estrella en Baltimore.
Núñez posiblemente pueda dar el mejor de los consejos que Barreto pudiera escuchar: con frecuencia, y este parece ser el caso, lo mejor para conseguir la meta es cambiar.
Ignacio Serrano
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