El ex grandeliga y otrora manager de la Selección Nacional falleció este sábado en Puerto Cabello, a los 72 años de edad
Por Ignacio Serrano
ElEmergente.com
El gran Remigio Hermoso, infielder de notables manos, grandeliga entre 1967 y 1974, manager de la Selección Nacional durante varios años y miembro de nuestro Salón de la Fama, murió este sábado en su natal Puerto Cabello, a los 72 años de edad.
El campocorto y camarero porteño fue estrella de los Tiburones de La Guaira entre 1966 y 1976, incluyendo una última campaña con los «Tibuleones» Llaneros de Portuguesa.
Gil Reyes, uno de los principales anotadores oficiales de la LVBP, hombre de beisbol y también de Puerto Cabello, dio la noticia poco después de amanecer sabatino.
Informó que su paisano expiró luego de sufrir «una penosa enfermedad».
Un parte oficial de la liga confirmó la triste novedad.
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“Desde la LVBP lamentamos profundamente la partida de Remigio Hermoso, quien dedicó su vida no sólo a la práctica del beisbol sino a su enseñanza”, declaró Giussepe Palmisano, presidente del circuito.
“Este insigne carabobeño, el primero nacido en Puerto Cabello que llegó a las Grandes Ligas, siempre estuvo dispuesto a formar nuevas generaciones de peloteros y a contribuir con Venezuela, a través de su trabajo en selecciones nacionales y con equipos del beisbol profesional», agregó. «Por ello, siempre será recordado”.
Es por eso, de hecho, que fue inmortalizado en el templo de Valencia. Más que por bigleaguer o por su desempeño con los escualos, que remató con un último torneo con Magallanes, su trayectoria quedó íntimamente vinculada a la Vinotinto.
Fue medallista panamericano y clasificó a torneos mundiales en su papel de piloto.
Es célebre el episodio que acortó su carrera en 1974, cuando Don Baylor le arrolló al tratar de romper un dobleplay y le causó una lesión que truncó su trayectoria activa. Menos de tres años después tuvo que colgar los spikes, con 29 años de edad.
Intentó un regreso en 1979, en la Liga Interamericana de Beisbol, con los Metropolitanos de Caracas. Pero no funcionó.
Ya en la entrevista que le hizo Marcos Grunfeld para su canal The Beawriter se sentía en su tremolante voz la afección que terminó llevándoselo. Conversador impenitente y buenhumorado, incluso en tales circunstancias, es el último documento de su largo y fructífero camino.
Grandeliga también con los Expos y los Bravos, tiene el raro y único privilegio de haber llegado a las Mayores el mismo año que firmó para jugar profesionalmente, en 1967.
Entonces tenía 19 años de nacido y ponía fin a su brillante paso por la pelota amateur en Venezuela. Era también el inicio de una leyenda que no podrá borrarse jamás.
Paz a su alma.
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