Los Extrabases de Alfonso Saer

JESÚS Luzardo nació en la tierra del cebiche y el pisco. Sus
padres son venezolanos —del Zulia— y él se siente como tal. Para muchos es
menester presentarlo en la sociedad beisbolera. Vamos entonces. Cumplirá los 23
años en septiembre este nativo de Lima. Se trata de un lanzador zurdo que fue
drafteado en el 2016 por los Nacionales de Washington. En julio del 2017 fue
enviado a los Atléticos de Oakland en una operación sin mayor notoriedad. En lo
sucesivo no ha parado de asentar numeritos destacados, siempre con mayor
cantidad de ponches que innings lanzados. Por ello los Atléticos, observando su
bola rápida y los envíos quebrados comenzaron a ventilar su calidad a fines de
la campaña anterior… LUZARDO apareció en seis juegos, siempre relevista, con el
equipo grande de su organización en 2019. Fusiló a 16 en 12 innings, recibió
solo cinco hits y le pegaron un jonrón. Allí mismo su escuadra pensó que estaba
puliendo una gema para el futuro inmediato, o sea 2020. El joven no anda con
amenazas y poco tardó en apartar cupo en la rotación de la escuadra que hace vida
en la bahía. Ha brillando en el Spring Training. La baja a 95-96 millas y el
manager Bob Melvin no esconde el entusiasmo al referirse a su gama de disparos.
Anoten ese nombre como probable Novato del Año.

CHRISTIAN Yelich fue el MVP del 2018 y terminó segundo en el
2019. Las razones para galardonarlo fueron evidentes. En la suma de esas dos
temporadas fabulosas descargó 80 jonrones y empujó 207 carreras. Fue un buen
pelotero en cinco zafras con los Marlins, pero con los Cerveceros ha hecho
estallar guarismos muy sonoros. A los 28 años está en la edad ideal para
pretender un contrato fuera de serie, vía extensión. Se dice que Milwaukee lo
tiene listo por 215 millones de dólares en ocho años. Su pacto vigente le
garantiza 12.5 millones en este torneo inmediato… CHRIS Sale fue un caso raro
en el 2019. La efectividad de 4.40 se conjugó con balance de 6-11 para sellar
una campaña de muy extraño rendimiento. Lo controversial es que solo le
conectaron 123 hits en 147 entradas, mientras ponchaba a 218. El hombre de la
gran curva está lastimado en el codo izquierdo, dolencia que le impidió lanzar
en las últimas seis semanas de la zafra precedente. Boston terminó seis juegos
por encima de .500 en el 2019, pero a 19 de los Yankees. Sin Sale de arrancada
los augurios tienden a ser negativos.

HAY voces que siguen sonando en los radiorreceptores aunque
se hayan ido físicamente sus dueños. Miramos el calendario y recordamos que un 6
de marzo, hace diecinueve años, nos dejó Carlos Tovar Bracho, uno de los
narradores que indiscutiblemente pisó profundo en nuestro país. El poder
descriptivo de este notable caballero ha sido único. Tuvo el don del análisis y
la entrega completa de la jugada respectiva. Se paseó por los micrófonos de La
Guaira, Caracas, Zulia, Caribes y Magallanes, siempre con su espléndida y clara
narración. Era raro oírlo fallar por su dedicación y meticulosidad… LA
amenidad de Tovar Bracho le ganó seguidores por miles y el reconocimiento
general, todo cultivado con una calidad humana no menos destacada. Con Néstor
López se fue a los confines del mundo para transmitir boxeo, otro de sus dones
particulares. Se cuentan por cientos los relatos desde Tokio, Seúl o Filipinas
tras los Gómez, Marcano o González. Miembro del Salón de la Fama del Beisbol Venezolano,
el nombre de Carlos engalana el palco de prensa del Magallanes, el equipo con
el cual se despidió en el 2001, tocado mortalmente. Amigo, siempre te seguimos
escuchando.

A Cardenales le toca despedir a un manager campeón, tarea
nada fácil y, sin duda, desagradable. Se trata de un caso distinto a cualquier
otro por las circunstancias que rodearon el torneo anterior, en el cual no pudo
dirigir José Moreno, manager consagrado en la 18-19. Surgió un Luis Ugueto sin
el mínimo roce en la tarea de comandar un club de pelota, resultando campeón
para colmo de lo bueno. Resulta que le faltó un triunfo para ser monarca del Caribe
y hasta ahora no sabe su destino para la campaña venidera… LA salomónica
salida de amarrarlos a los dos no parece viable. Si Moreno tiene la
experiencia, los contactos, los dividendos de una corona y un subtítulo, Ugueto
dejó mucho ángel con su trabajo bien adentro, en la cueva. Ganó, a fin de
cuentas lo importante. En la reunión de directiva de esta semana no hubo humo
blanco, o al menos no lo dejaron salir antes de una agradable reunión en la
cual Cardenales celebró en la intimidad el bicampeonato. Sentimientos aparte,
la balanza podría inclinarse hacia Moreno. De corazón posiblemente tenga muchos
adeptos Ugueto. Un caso atípico, no hay duda alguna.

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