Algunos peloteros de los Astros de Houston tuvieron su primer encuentro con los medios de comunicación, después de que se destapara uno de los escándalos más grandes del siglo en las Grandes Ligas, el cual le ha costado el puesto a tres mánagers y a un gerente a pocos días del Spring Training.
Marcos Grunfeld
The Beatwriter
José Altuve y los Astros de Houston tuvieron que enfrentar a la prensa especializada por primera vez desde que se descubriera la trama protagonizada por ese club.
El pasado lunes un reporte de Rob Manfred, comisionado de las Grandes Ligas, confirmó las sospechas que desde hace tiempo existen sobre el conjunto sideral. Los campeones de la Serie Mundial de 2017 se apoyaron ilegalmente en el uso de la tecnología para robar las señas de sus oponentes.
El encargado de dirigir las oficinas de Las Mayores escribió todas sus conclusiones en un comunicado de nueve páginas que entregó a los medios de comunicación, en donde detalló todos los descubrimientos que halló después de una investigación de tres meses, en los cuales entrevistó a casi 70 personas, incluyendo coaches, peloteros y empleados de los tejanos, a quienes les revisaron todos los sistemas de comunicación que utilizaban, desde teléfonos celulares hasta las redes sociales.
«Llegará el momento en que podamos comentar bien al respecto de todo esto, aún es temprano», puntualizó el camarero de los actuales monarcas de la Liga Americana en el Fan Fest de su club, según reportó el periodista Mark Berman. «A nadie le gusta que lo llamen tramposo, pero tengo dos opciones: ponerme a llorar o salir a jugar y a ayudar a mis compañeros a ganar. Ustedes saben cuál voy a elegir».
El escándalo le costó el puesto de trabajo y un año de suspensión al gerente general Jeff Luhnow y al mánager A.J Hinch. El dueño de los Astros deberá cancelar cinco millones de dólares en multa, tratándose ésta de la cifra más alta que la oficina de Manfred puede cobrar en un castigo económico, según los reglamentos de MLB. El equipo también perderá cuatro selecciones importantes del draft colegial en sus próximas dos ediciones.
Pero la situación escaló más allá de Houston porque también Alex Cora, mánager de los Medias Rojas de Boston y Carlos Beltrán, quien iba a su primer año al frente de los Mets de Nueva York, también pagaron con sus cargos el haber estado involucrados en la trama del 2017.
Todo esto ocurre a menos de treinta días para que los campos primaverales suban sus Santamaría.
«Me siento mal por ellos», agregó Altuve en su exposición a la prensa al referirse a Luhnow y a Hinch. «Todos los días venían a trabajar duro, son muy buenas personas».
El segunda base no quiso comentar mucho sobre todo el episodio, pero salió al paso nuevamente de las sospechas que pesan en su contra de haber utilizado un dispositivo electrónico que le avisaba cuál pitcheo iba a recibir en cada turno, sobre todo después del jonrón que le conectó al pitcher de los Yankees Aroldis Chapman, en la pasada Serie de Campeonato.
Aquel batazo le dio la clasificación a su novena a la pasada Serie Mundial y al llegar al plato claramente le pidió a sus compañeros que no le arrancaran su uniforme, lo que generó suspicacias al confirmarse el uso de herramientas tecnológicas para descifrar las señas.
«Es ridículo», atajó el venezolano reiterando el comunicado que emitió su agente Scott Boras días atrás. «Todos sabemos que algunas personas inventaron eso. Lo mejor que me ha pasado es que MLB investigó eso y no encontraron nada. Hay cosas que no podemos controlar y solo me puedo preocupar por las que cosas que puedo tener bajo mi control».
A pesar de todo, el criollo se mostró optimista y aseguró que su club podrá salir adelante después de todo el escándalo con el cual MLB comenzó el año.
«Créanme que vamos a estar bien. al final del año», aseguró el nativo de Puerto Cabello. «No sé cómo, pero debemos permanecer unidos y seguir adelante como equipo. Vamos a estar otra vez en la Serie Mundial. La gente no lo cree, pero el año pasado lo logramos, estuvimos a un juego de ganarlo todo».
Marcos Grunfeld
