¿Por qué Chicago dejó en libertad a un Guante de Oro?

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EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
Yolmer Sánchez ganó el Guante de Oro en la Liga Americana hace
un par de semanas. Prácticamente todos en las Mayores aplaudieron su
indiscutible estatura como uno de los mejores defensores de la MLB. Los Medias
Blancas celebraron el premio, a través de las redes sociales y en su página web.
A los días, sin embargo, anunciaron por los mismos medios que el galardonado
intermedista había sido sacado del roster de 40 y había sido designado para asignación.
¿Qué pasó? ¿Por qué Chicago dejó a Sánchez en libertad?

El aragüeño no fue tomado en waivers por otro equipo y
finalmente pasó a engrosar el mercado de agentes libres este miércoles. Es la
primera vez que un jugador recibe el Guante de Oro y queda sin trabajo en el
mismo mes. No tiene sentido. Y sin embargo, lo tiene. Mucho.
El beisbol moderno obliga a ver el panorama más allá de lo
más evidente, como lo son los reconocimientos y la tradición. No hablamos del
nuevo análisis, por cierto, aunque todo forme parte de un mismo enfoque, una
visión mediatizada en este caso por las obligaciones financieras que los
tiempos actuales ordenan en las Grandes Ligas.
Sánchez es un gran camarero. Puede incluso ser un buen
antesalista o un buen shortstop. Tiene la defensiva idónea para un jugador
multi posición, incluso mejor. Pero hay un problema que ha convertido el suyo
en un caso paradigmático: el aragüeño no batea con especial peligrosidad. O al menos no ha podido hacerlo
hasta ahora. En las Menores, en la LVBP ha sido una fuerza, un toletero
desequilibrante. En la gran carpa no.
El nativo de Maracay dejó un average de .252, con .318 de
OBP y .321 de slugging. Su capacidad para dar hits, para embasarse, para dar
extrabases, todas, estuvieron por debajo de la media en la Americana.
Como arma ofensiva, Sánchez dista mucho de ser un peligro. Y
ha sido así en su carrera toda, con una línea de .244/.299/.357 que está
en el rango de lo que puso en 2019.
Lo suyo es la defensa. Quizás pueda llegar a convertirse en
un peligro con el madero, pero ahora mismo eso no está sobre la mesa. No es un
segunda base productivo y, si termina por convertirse en utility, dista todavía de tener
el corte de un Marwin González.
Los Mellizos le pagan 21 millones de dólares a González por
2019 y 2020. Allí está la clave de esta discusión. El guayanés puede hacer
cosas buenas con el guante y también en el home.
Sánchez proyectaba ganar —vía arbitraje— al menos 6 millones
de dólares en la justa venidera. Es una cantidad importante. Los patiblancos
tienen un prospecto en Triple A, llamado Nick Madrigal. Su proyección como
bateador es brillante y su defensa no parece mala. Ya le toca recibir el
llamado. El equipo puede pagarle poco más de 550.000 dólares por tomar el lugar
del venezolano. Sobrarían más de 5 millones para invertir en otros jugadores.
Si el criollo fuera un peligro para los pitchers rivales,
sería impensable este despido indirecto. Si todavía no fuera elegible para el
arbitraje, si su salario proyectado no pasara del millón, seguro que seguiría
en planes de su escuadra original. Pero no, le toca cobrar en grande, por el tiempo de servicio que acumula, y eso, sin que sea un bateador de élite.
¿Es culpable Chicago de mirar con reticencia su cuenta
corriente y preferir a alguien más barato, mucho más barato, que puede producir
más, quizás mucho más? No. Así es como se maneja el beisbol desde hace algunos años.

¿Vale nada el Guante de Oro que Sánchez acaba de ganar?
Tampoco. Pero las cosas son como son, aunque parezca injusto y sea imposible no sentir simpatía por él: ni siquiera se trata de un shortstop
premiado, sino de un intermedista. No es lo mismo. Y cada vez está más claro
que hace falta batear algo para ser titular en la MLB. Los años 60 quedaron
atrás. Medio siglo atrás.
La gerencia de los patiblancos sopesó todas estas cosas durante
dos semanas, quizás más. Y al final, tomó su decisión, prefiriendo a Madrigal y
no a Sánchez. Aunque nunca antes haya ocurrido algo igual, lo que sucedió es coherente con la forma cómo se administran ahora los equipos de las Grandes Ligas.

Columna publicada en ElNacional.com, el viernes 29 de noviembre de 2019.

Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor. Escribo sobre beisbol desde 1985. Dirijo ElEmergente.com. Soy comentarista en el circuito radial del Cardenales de Lara y en Televen, tanto en las transmisiones de la LVBP como en la MLB. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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