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¿Y si se hace inviable jugar en Venezuela?, ¿Pudiera la LVBP pensar en emprender vuelo a Miami?

Cardenales de Lara y Navegantes del Magallanes se enfrentaron en un tope en el Marlins Park en 2015 / Foto: Prensa Cardenales

Marcos Grunfeld
The Beatwriter

¿Qué sucedería si la empresa petrolera venezolana no puede garantizar más las divisas para la Liga Venezolana de Béisbol Profesional?, ¿Llegamos a ese punto?, ¿No podría haber béisbol sin PDVSA?, ¿Puede disputarse el siguiente campeonato con la actual crisis eléctrica que padece la tierra de Miguel Cabrera?

Públicamente, los voceros del despacho que rige nuestro principal pasatiempo siempre han manifestado que es imposible llevar a cabo el torneo sin las divisas, que en principio recibían a tasa preferencial, pero que en los últimos años han formado parte de un patrocinio de la compañía estatal.

No es este un análisis para hablar de la actual situación política venezolana, aunque el motivo que nos trae aquí obliga a describir muy por encima el panorama, el cual ha cambiado desde que arrancó la última temporada de la LVBP.

Las recientes sanciones económicas que gobiernos extranjeros han decidido emprender en Venezuela pueden hacer válida la pregunta: ¿Está PDVSA, principal patrocinante del circuito rentado nacional, en condiciones para asegurar la voz de playball en octubre?

Falta mucho para eso, pero aquello requiere una planificación que usualmente toma más de seis meses.

Ya entramos en abril y el ente de El Recreo no ha podido realizar su acostumbrada Jornada de Reflexión, que debió ser en febrero; al menos tres equipos permanecen sin mánager y elencos como Tiburones de La Guaira están aún a la espera del permiso de los Cerveceros de Milwaukee para oficializar a Fernando Veracierto como su nuevo gerente deportivo, como adelantó Ignacio Serrano que sucedería, luego que trascendiera que Luis Blasini regresará a las oficinas de los Navegantes del Magallanes, algo que también reportó El Emergente.

Expuesto lo anterior, ¿Es posible un campeonato en octubre?, ¿Y si se hace inviable jugar en Venezuela, pudiera ser Miami una opción rentable para la liga?

Vamos a partir por lo que ocurrió hace unas semanas.


La Liga Independiente del Atlántico, quizás la más importante de todos los circuitos no afiliados a MLB, en Estados Unidos, realizó un pacto interesante con la oficina del Comisionado, Rob Manfred, quien ha querido plantear diversos cambios en el juego, entre ellos implementar un reloj que limite a los lanzadores a veinte segundos entre pitcheo y pitcheo.

Esa es una de las tantas normas que las Grandes Ligas desean probar antes de poder implementarlas cuando los dueños de los treinta equipos vuelvan a sentarse, en dos años, a discutir el nuevo contrato colectivo con el Sindicato de Peloteros, uno que promete ser bastante intenso en sus negociaciones.

Ese pudiera ser un punto de partida para los ocho equipos de la LVBP, si la subida se vuelve empinada.

Las Grandes Ligas pudieran tener intereses en la pelota invernal, más de lo que se ha propuesto hasta ahora. La Atlantic League es el mejor ejemplo de ello, uno que se puede seguir e intentar un acercamiento que beneficie a ambas partes. A Las Mayores les interesa obtener información estadística, cada vez más importante en MLB, al jugar en escenarios que tengan acceso a los radares de Trackman y Pitch FX, fuentes de muchísima información valiosa actualmente.


Y ahora también les interesa poner a prueba las nuevas reglas que desean negociar con la Asociación de Jugadores.

La institución que preside Juan José Ávila pudiera ser la pionera en intentar un acercamiento para probar la viabilidad y llegar a un trato que pueda ser ganar-ganar, finalmente, a diferencia de lo que ha sido el Winter League Agreement, en cuya próxima negociación se pudieran también considerar estos factores para salir mejor parados.

Pero eso es arena de otro costal y, por lo pronto, hay que enfocarse en lo inmediato en caso que la situación del país se siga complicando.

La LVBP posee una ventaja si analiza el tema: en suelo floridano cuentan con muchísimos venezolanos que han emigrado, que seguro representarían una buena afición y pagarían entradas en dólares. También cuentan con IVC como aliado, quienes ya poseen los derechos para transmitir los partidos, por un año más, y ahora han expandido su señal a buena parte del Caribe y con sede en Miami, en donde uno de los accionistas de los Marlins es también dueño de los Bravos de Margarita.

En aquella ciudad seguro hay más empresarios dispuestos a invertir. Ya ha ocurrido, de hecho, en dos oportunidades cuando los Cardenales de Lara, las Águilas del Zulia y el Magallanes han viajado al norte a celebrar partidos de ronda eliminatoria, hace unos pocos años, gracias a empresas que hicieron eso posible.

Hay más ventajas que se pueden discutir y hay trabas en el camino que hay resolver, si la idea suena viable, pero el ejemplo de la Liga del Atlántico sin duda pudiera ser un punto de partida en caso de que se vuelva complicado emprender un año más en Venezuela.

Marcos Grunfeld

One thought on “¿Y si se hace inviable jugar en Venezuela?, ¿Pudiera la LVBP pensar en emprender vuelo a Miami?

  1. Marcos,dos observaciones:no debe decirse "partidos",el léxico del beisbol es "juegos"!…. y no son "Los" Cardenales… es "El" Cardenales",esa es la tradición

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