El emergente
¡Vaya coincidencia que nos ofreció el mercado de cambios en
las Grandes Ligas! Durante semanas corrieron los rumores sobre la posible
salida de Asdrúbal Cabrera y Eduardo Escobar de sus equipos, y cuando por fin
pasó, fueron cambiados con diferencia de horas, casi minutos.
los mismos del otro. De hecho, la salida de ambos desencadenó de inmediato la
cesión de un tercero, el ex cardenalero Mike Moustakas, cuyo destino dependía
de los dos primeros, debido a las ventajas comparativas que ofrecían los
venezolanos, especialmente en cuando a la capacidad para defender más
posiciones, con más habilidad para embasarse.
anzoatiguense pasó a tercera en 2017 y finalmente recaló en segunda este año.
El aragüeño mutaba a diario, por su rol de utility, hasta que el bajón del
dominicano Miguel Sanó y una incontenible ofensiva le ganaron la posesión de la
antesala.
que las novenas de la MLB tienen por ellos.
los Diamondbacks, nada menos que tres peloteros, y porque fue el primero en
salir. Fíjense cómo suceden las cosas en las Mayores cuando el reloj corre en
cuenta regresiva: ante la pérdida del premio mayor, las divisas necesitadas de
un bate con guante de infielder se movieron a toda velocidad, lo que llevó a
los Filis a entregar a uno de sus prospectos del montículo para hacerse de
Cabrera. Y los Cerveceros, tras el doble palmo de narices, aceptaron el precio
exigido por los Reales para ceder a Moustakas, incluso si sus limitaciones para
mudarse de la esquina caliente significan el riesgo de probar en la intermedia al
antesalista Travis Shaw.
de sus potenciales arrendadores, un término que es especialmente válido en los
tres casos, por ser jugadores que pueden declararse agentes libres al finalizar
la Serie Mundial.
37 tubeyes. Cabrera muestra .277/.329/.488, con 18 vuelacercas. La consistencia
del primero para dar biangulares, una habilidad que se remonta al pasado y que
le tenía al frente de la Liga Americana en esta zafra, así como la constancia
rematadora del segundo, que por tradición pone sus mejores números después del
Juego de Estrellas, hacen pensar en ellos como peloteros que podrán ayudar con
el madero en la recta final, no solamente con la defensiva.
mostraron los hechos?
notables reflejos en el short, que le llevaron a completar jugadas impensables sobre
todo en sus tiempos con los Indios. Es cierto que la edad resta movilidad, pero
también es cierto que él era el torpedero de menos alcance en esa brillante
generación de relevo en la que formó parte junto a Elvis Andrus, Freddy Galvis
y Alcides Escobar. Parece mejor dotado para las posiciones que terminaron dándole
en Nueva York.
bateo ligeramente superiores. Eso explica que, al final, resultara el más
cotizado en esta coincidencia que les tocó vivir.