Un manager demasiado joven y un periodista en formación

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El departamento de prensa del Caracas nos pidió a un grupo de periodistas y escritores que escribiéramos sobre la historia de la franquicia, a partir de nuestros propios recuerdos, para conmemorar los 75 años de la institución. Este es mi aporte a la festividad

Resultado de imagen para manny acta leones del caracasPor Ignacio Serrano
Publicado en Leones.com
Felipe Alou, Bill Plummer, Jim Leyland y Phil Regan pasaron
por el Caracas antes de dirigir en las Grandes Ligas. Regino Otero, Pompeyo
Davalillo y el Chico Carrasquel son historia pura en nuestra pelota. Omar
Malavé, Carlos Subero, Dave Hudgens y Alfredo Pedrique nos regalaron
apasionantes charlas beisboleras. Frank Kremblas nos divirtió siempre con sus
inesperadas salidas.
La lista de managers caraquistas es fecunda y da para para
muchas conversaciones entre aficionados, de esas que van en ida y vuelta de la
crítica a la nostalgia. Pero este periodista guarda un recuerdo especial para
uno a quien el destino trató mal, por haberle adelantado su hora.
Manny Acta tenía 30 años de edad cuando vino a Venezuela por
primera vez. Ya dirigía, porque comenzó muy joven, a los 24, en las granjas de
los Astros de Houston. Allí le echó el ojo Oscar Prieto Párraga, por entonces
vicepresidente de los Leones, y finalmente se lo trajo como coach, con una idea
visionaria: darle algunas temporadas de fogueo, para permitirle conocer la
liga, y entregarle la conducción cuando fuera el momento preciso.
Con el dominicano trabamos de inmediato una relación
cordial, amistosa y de profundo respeto. Posiblemente se debiera a que somos
prácticamente contemporáneos, y sin duda a su bonhomía. Porque Acta, que es
hombre de beisbol y disciplinado analista, es también persona de valores y muy
buen conversador.


Oscar estaba convencido de que su nuevo favorito llegaría
lejos. Así decía: que era alguien especial. ¿Cuántas novenas en la LVBP se han
traído a un inexperto instructor extranjero pensando en darle la divisa después
de algunos años de formación?
Pero la vida hace cabriolas y con frecuencia se burla de
nuestros planes. John Stearns no fue ni la sombra de lo que esperaban Prieto y Pablo Morales. Le despidieron antes de terminar el primer mes de
campaña y Acta asumió como piloto interino por el resto de la zafra.
Caracas no clasificó, pero él fue ratificado en el mando.
Después de todo, la idea original había sido esa; no había forma ya de no
cabalgar a la fiera, y en septiembre de 2000 regresó para una segunda
oportunidad.
Avergüenza un poco citar acá a esos melenudos, en medio de
tantos recuerdos de grandeza que hacen estupendos colegas por este aniversario.
Aquel roster tenía nombres sonoros, como Bob Abreu, Roger Cedeño, Beto Méndez,
Alex González, Liu Rodríguez, Wiklenman González, Antonio Álvarez y Steve
Torrealba, todos grandeligas en algún momento de sus trayectorias. Mark De Rosa
y Morgan Ensberg estuvieron entre sus importados. En la segunda justa batearon
para .290 de average colectivo, con 50 jonrones. Pero más de una vez hicieron
10 carreras y perdieron por 11, por 12 o por 13.
Sin pitcheo no hay paraíso, y la generación de aquellos
tiempos prometió el Parnaso, pero no cumplió.
Tarde a tarde, analizábamos con Acta las decisiones del día
anterior, las razones de la derrota, la estrategia a seguir en lo sucesivo.
Tanto aprendía él en la LVBP como estábamos aprendiendo nosotros en nuestra
profesión. De aquellos tiempos data una lección que jamás olvidaríamos, y que
pasaríamos luego a los colegas más jóvenes: nunca critiques la decisión de un
piloto hasta tanto no escuches las razones de los movimientos en el terreno o
en el lineup.
A un pasante de El Nacional, hoy merecidamente entre los
mejores del oficio, le tocó un día escribir la crónica de un tropiezo más en el
Universitario, un juego que había terminado cuando José Alguacil, con el empate
en sus spikes, fue puesto out en un intento de robar tercera base, en el noveno
inning. La nota del impulsivo estudiante se cebaba en la decisión del
estratega. Nuestro único consejo matutino fue: “Es posible que no haya sido
así, pregúntale a Acta”.
Manny no ordenó el robo. Fue una acción personal de
Alguacil, que sorprendió a todos, menos al catcher contrario. Y sin embargo,
razonó caballerosamente con el joven fablistán, sin mostrar enojo por el
artículo casi incendiario que horas antes éste le había dedicado.
No pudimos ver lo que realmente habría sido capaz de hacer
Acta con los metropolitanos, en caso de contar con un staff que no tuviera 5.33
de efectividad colectiva. Con ese elenco habrían perdido Regan y Pompeyo,
Martín Dihigo y Carrasquel. El público lo detestó. Es lógico, eso pasa cuando
un timonel no gana. Prieto, incluso queriendo repetirlo, ya no lo trajo para
2001.
El destino le dio luego lo que merecía. Fue campeón en su
República Dominicana, con los Tigres del Licey; con ellos ganó también la Serie
del Caribe y finalmente llegó a las Grandes Ligas, en 2007. Le tocaron dos
escuadras en construcción, los Nacionales de Washington y los Indios de
Cleveland, pero igual fueron seis campeonatos arriba, que le quiten lo
bailado.  Hoy es el coach de tercera base
de los Marineros de Seattle.
La lista de managers capitalinos es larga y resplandeciente,
pero el joven reportero que este periodista fue alguna vez, a finales del siglo
pasado, todavía le agradece a la vida el haber bebido tanto beisbol por las
tardes, en aquellas charlas cordiales con ese aprendiz de técnico de apenas 30
años de nacido, casi la misma edad que tenía este cronista, testigo de sus
desvelos por hacer de los Leones un equipo ganador.

Ignacio Serrano

Publicado en Leones.com, el domingo 28 de mayo de 2017. Aquí el original.
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor. Escribo sobre beisbol desde 1985. Dirijo ElEmergente.com. Soy comentarista en el circuito radial del Cardenales de Lara y en Televen, tanto en las transmisiones de la LVBP como en la MLB. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

2 COMENTARIOS

  1. Manny Acta sin duda que prometía como manager, que si le pego la novatada? tal vez,pero sin duda que aprendio a conocer a jugar beisbol caribe y su perseverancia dio frutos cuando ganó con Licey en 2007 y su posterior salto a la MLB donde ya su trabajo es dignamente reconocido. Su experiencia acá no fue la mejor,pero si se quiere logro captar detalles que luego perfeccionaria al pasar el tiempo. Buen articulo Nacho.

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