El Emergente

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Analizando el cambio entre las Águilas y los Tigres

El
Emergente
Ignacio
Serrano
Juan Graterol

Hay cambios
de peloteros que paran las rotativas. Otros pactos parecen menos llamativos. El
del jueves, por ejemplo, entre los Tigres de Aragua y las Águilas del Zulia, casi
se pierde entre el cúmulo de informaciones ocurridas en la jornada.

Juan
Graterol no es un grandeliga con sex
appeal
. Estuvo con los Tiburones de La Guaira, fue enviado a los rapaces y,
para sorpresa de muchos aficionados, llegó a las mayores en 2016.
El grueso
del público no conoce a Anthony Jiménez ni a Wladimir Galindo. Fueron los dos
jugadores que los bengalíes enviaron a los aguiluchos. Pero tanto ellos, como
Graterol, pueden convertirse en figuras de la LVBP.
El pacto
recuerda en parte la llegada de Sandy León a los bengalíes. Hubo quien en
principio no entendió ese acuerdo, considerando fraudulenta la entrega de un
bateador probado, como Alex Romero, para obtener a un catcher que no había
podido conseguir su lugar, ni en el norte ni en Venezuela.

León se
encargó de cambiar aquella idea. Fue el careta de los rayados en la final
contra los Navegantes del Magallanes, resultó fundamental en la conquista del
título, y se consagró luego en la MLB con los Medias Rojas de Boston.
El zuliano
ahora es duda. Debe negociar su contrato con los patirrojos y es probable que
demore su regreso.
Graterol
pasa entonces a ocupar un lugar protagónico. Los bengalíes no pueden esperar
por el operado Wilson Ramos ni por el ascendente Willson Contreras, y Guillermo
Quiroz aún no llega. Hay que buscar alternativas.
El
maracayero lo es. Además, nació en la ciudad donde juegan los felinos. Como
dijo apenas se uniformó: toda su familia simpatiza con los bengalíes. Hay
sobradas razones que ahora le vinculan a los rayados.
Mientras
León no llegue, Graterol será quien mande. Además, aunque no se hizo célebre
con los Tiburones de La Guaira ni con los rapaces, ha sido un bateador muy
adecuado en las menores, con .270 de average en 11 campañas.
Tiene 27
años de edad. Le falta camino por recorrer. Se entiende que su nueva
organización tuviera que entregar a dos peloteros para hacerse de sus
servicios.
Aragua, de
hecho, cedió buen talento. Jiménez y Galindo son prospectos legítimos.
Los Tigres
consideraron que tienen futuro de sobra, lo que no es exagerado, si se toma en
cuenta la alta cantidad de nuevos valores que han firmado en los últimos 10
años.
Zulia
pierde poco y gana mucho, en ese sentido. Tiene a Jesús Flores y Francisco
Arcia para atender la receptoría hoy, y adquiere a dos muchachos que engrosan
ese futuro por el que han venido trabajando los occidentales en los últimos 12
meses.
Buena parte
de los jugadores adquiridos por las Águilas desde que terminó la pasada zafra
permiten pensar más allá de 2016, aunque Jiménez, que cumplió 21 años de edad
precisamente ayer, fuera incluido de inmediato en el roster semanal.
El
jardinero viene de batear para .312 en categoría de Novatos, con .799 de OPS, y
ya tiene una campaña de 30 robos en las menores. Para más, es nativo de la
región, pues nació en Caja Seca.
Galindo,
que es infielder, cumplirá 20 el 6 de noviembre. Acaba de jugar en Clase A
media y ha bateado para .272 de average, con .822 de OPS y una dosis de poder.
Es otra buena pieza.
En el
ajedrez que hoy es la LVBP, ambos equipos parecen ganar. El futuro nos dirá.
Publicado en El Nacional, el sábado 22 de octubre de 2016.

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