El Emergente
Ignacio Serrano
(Esta columna tiene cinco años. La rescato en recuerdo y homenaje a ese venezolano bueno que acaba de irse, pero que no nos dejará jamás)
Domingo Carrasquel atendió el teléfono y escuchó con preocupación la voz que llegaba por el auricular.
Era la esposa de Dionisio Acosta, su amigo de tantos años y compañero de aventuras en el beisbol profesional: “Domingo, Dionisio quiere hablar contigo”.
Carrasquel tuvo un mal presentimiento. El antiguo receptor de 83 años de edad había batallado con su salud por largo tiempo.
“Domingo, estoy muy mal”, le dijo Acosta. Y se despidió de él. “Esa noche me llamaron para decirme que había muerto”.
La congoja le temblaba en los ojos al ex infielder, nacido en Caracas hace 75 años, mientras rememoraba los últimos momentos de la persona a quien ayudó a construir la Asociación de Peloteros, el proyecto que fue, hasta los años 80, un sólido sindicato que luchó por las condiciones de los jugadores. Y aunque el presente de la asociación sugiera lo contrario, aquel esfuerzo que comenzó en los años 60 fructificó.
Eran tiempos muy diferentes. “Hoy los equipos viajan en dos autobuses muy grandes. Nosotros no. Manuel Mendible tenía carro y el negro (Oscar) Prieto le pasaba algo. Allí nos montábamos cinco peloteros: Vitico (Davalillo), César Tovar, yo, y así nos íbamos a Maracay o Valencia”.
Asopeloteros estaba dirigida por Juan Antonio Yanes, otrora propietario de los Patriotas del Venezuela, una de las franquicias fundadoras de la LVBP.
“Cuando Yanesito vendió el equipo, formó la asociación. Pero había necesidades. Muchos buenos jugadores preferían el beisbol doble A, porque les daban un buen empleo en el MOP o el INOS para todo el año. Cuando decidimos entrar a la asociación, para darle un nuevo impulso, teníamos todo listo y nos dijeron que legalmente no podríamos. Así que le agregamos la palabra ‘Única’ y sacamos un nuevo sindicato: Asociación ‘Única’ de Peloteros Profesionales de Venezuela”. Carrasquel reía, como si contara una travesura.
Asopeloteros se consolidó a partir de allí y creció hasta dar seguridad social a sus agremiados, antes de languidecer con el retiro de sus fundadores.
“Los peloteros hoy ganan muy bien. Los sueldos son otros. A nosotros nos dan una pensión de 300 bolívares cada tres meses y a veces se retrasan en pagarla”, lamentó Carrasquel. Pero tiene la tranquilidad de haber puesto de su parte junto a su amigo Dionisio y tantos otros, para cambiar aquella realidad. “Mi mamá siempre me dijo: ‘enamórese de 20 mujeres, pero nunca se enamore del dinero. Si se enamora del dinero, va a vender hasta a su propia madre’. Mi mamá era una santa. Una mujer especial”.
Publicado en El Nacional, el domingo 27 de enero de 2013.
Como decia el senor domingo. "El beisbol me lo ha dado todo y yo todavía no le he dado nada al beisbol"
Domingo Carrasquel donde te encuentres gracias por lo que diste al beisbol,daba gusto verlo en un campo de beisbol con un carisma único y una sonrisa inigualable. QEPD maestro a formar parte del cuerpo de coachs en el beisbol celestial.
Excelente Columna Ignacio, COMO SIEMPRE, QEPD el maestro Domingo Carrasquel El autentico "Cardenal Mayor"