Quieto en primera
Por Alfredo Villasmil Franceschi
Parece que todo fuera un libreto escrito por algún vidente.
Ni el mejor contador de historias pudo haber previsto semejante delicia
beisbolera. Esto era algo inimaginable.
hervidero, una olla de presión, un torrente de adrenalina fluyendo por calles,
cafetines, casas y restaurantes. Se agotaran las pilas de los controles
remotos, habrá peleas internas y en los locales donde se ponen eventos
deportivos tendrán que dividir las pantallas.
Martes y miércoles juegan en Valencia, Leones del Caracas contra Navegantes
del Magallanes. De por sí, estos choques paralizan al país, pero a las 7:37 de la noche, casi a
la misma hora, de manera conjunta, como en sincronía, en Kansas City, comenzará
a jugarse la Serie Mundial.
el punto culminante. Lo que todos quieren ver, Pero este año tendrá un
ingrediente adicional, una aditamento que lo hará más apetitoso: siete
venezolanos estará disputando el anillo de campeones. ¿Cómo hacer?
control remoto forma parte de los genes humanos. Es inimaginable la vida sin
semejante artilugio. Por eso, los dedos podrán llenarse de cayos, pues
trabajarán en demasía.
toda la temporada, podrá estar unas tres horas viendo al Panda
Sandoval, Gregor Blanco, Yusmeiro Petit, Jean Machí, Alcides Escobar, Salvador
Pérez y Omar Infante en la Serie Mundial. Si no, si también le pica la
curiosidad, un simple toque de botón lo llevará de un canal a otro sin problema.
acción alguna, y tiene dos televisores en su casa, puede poner cada partido en
un televisor o, si prefiere, quedarse con una jugada de un magallanero y
caraquista, esperar a que pase ese turno y luego saltar a la otra pantalla.
Será una experiencia poco antes vista.
hablando, en una locura semejante a la del Mundial de Fútbol, pero solo por dos
días.
quiéranlo aceptarlo o no, los Caracas-Magallanes paralizan el país. Quizá usted
sea de los Tigres o de los Caribes, de las Águilas o los Bravos o Cardenales o
Tiburones. Pero no puede negar que en un Caracas-Magallanes es una experiencia
única. Algo que trasciende lo deportivo
y se incrusta en lo social.
de ver para un lado y para el otro y de disfrutar la pelota como nunca antes lo
habíamos hecho.
Rivales” a la misma hora.