La isla del desencanto

Fecha:

Venezuela
fue una decepción en el Clásico Mundial, pero no sólo porque fallara el bateo


Está bien,
no hubo bateo.
Fueron 17
carreras para Venezuela en sus tres juegos del Clásico Mundial, lo que luce más
que adecuado. Pero apenas sumaron seis entre las derrotas contra República
Dominicana y Puerto Rico, camino a la debacle y una dolorosa eliminación.
Los
promedios hicieron lo que usualmente ocurre en el beisbol, conforme se disputan
más encuentros: enderezar las estadísticas hacia lo esperado para cada quien.
Esos
promedios muestran que Venezuela consiguió una media de 5,67 anotaciones por choque,
suficiente para ganar en condiciones “normales”. De hecho, la selección
nacional cerró con .279 de average colectivo, un promedio de embasado de .375 y
.433 de slugging.
Parecen
ideales, las estadísticas: la Vinotinto hasta terminó con un excelente .808 de
OPS combinado. Pero así son las series cortas. El grueso de esa producción
ocurrió contra España, cuando todo estaba perdido.
Sí, el
bateo fue una lágrima.
Pero ojo:
con ese pitcheo tampoco se ganaba.
Supongamos
que los criollos hubieran anotado, en efecto, 5,67 rayitas por día. Supongamos
que en el beisbol es posible marcar carreras con decimales. Supongamos. Pues
bien, igual se habrían perdido los encuentros contra Quisqueya y Borinquen, porque
los dominicanos pisaron el plato nueve veces y los puertorriqueños seis.


Incluyendo
el desempeño contra los ibéricos, que fue la toletería más floja del grupo, la
efectividad colectiva quedó en 6.92, es decir, peor que España misma y peor que
casi todos los competidores, en la antepenúltima posición del torneo. Sólo
China continental y Canadá terminaron más abajo.
Le hicieron
más carreras y le conectaron más hits a Venezuela que a Brasil. España y
Australia toleraron menos anotaciones, en similar cantidad de innings.
Así que no
se critique a los toleteros. No se bateó, pero tampoco se lanzó bien.
¿Podía ser
diferente a lo que ocurrió? El que sabe de beisbol sabe que estas sequías
ocurren. Los Yanquis de 1976 fueron barridos en cuatro juegos por los Rojos, a
pesar de ganar cómodamente la Liga Americana y aunque lograrían dos títulos en
las series mundiales de 1977 y 1978.
Al menos
una de esas veces, contra los Dodgers, esos mismos Yanquis lucieron fuera de
combate después de perder los primeros dos días, sólo para barrer luego y
alzarse con la diadema.
En dos
juegos hasta la novena más poderosa puede quedar en ridículo. En cambio, ¿cuántas
veces ha perdido la oncena de Alemania dos partidos seguidos ante un país
pequeño, futbolísticamente hablando? Es un contraste con ejemplos como República
Dominicana, humillada dos veces por Holanda en el Clásico Mundial de 2009, aunque
nadie en sus cabales dijo entonces que los peloteros antillanos salidos de
Curazao y Aruba, ya eran mejores que los quisqueyanos.
Víctor
Mesa, el manager de Cuba, debe estar barruntando lo mismo en este instante,
tras morder el polvo por segunda jornada consecutiva contra los mismos
neerlandeses.
¿Es posible
que la convocatoria fuera superior?
Los hechos
probaron que Félix Hernández y Johan Santana no habrían podido ayudar.
Hernández
tuvo molestias físicas que demoraron su estreno en los juegos de exhibición precisamente
hasta el jueves, el día del estreno de la Vinotinto, y sólo pudo hacer 33
envíos en esa incursión. Tal vez habría amarrado a Dominicana antes del
aguacero, pero nunca habría tenido permiso si no había lanzado antes en la Liga
del Cactus y el bullpen igualmente aceptó seis carreras después de la lluvia.
Santana
todavía no ha podido debutar este año en los juegos de exhibición. A pasar esa
otra página.
Rafael
Betancourt y Edward Mujica hicieron falta. Al lesionarse José Mijares, fue
evidente que el bullpen necesitaba refuerzo. ¿Era imposible contar con un staff
que, en lugar de lanzadores ligamenoristas y agentes libres, dependiera de
bigleaguers en ejercicio? Ahora mismo no lo sabemos.
¿Hasta
dónde pudo cambiar las cosas un trabajo de cabildeo para atraer hacia el equipo
a los principales grandeligas ausentes? Una campaña personal del manager con
cada uno de ellos, en los meses previos, para convencerlos de subirse al barco.
Quizás eran inevitables esas ausencias. Quizás no.
La
preparación es igual para todos los países que dependen de su embajada en las
mayores. No se puede trabajar en conjunto antes de la fecha que conceden los
organizadores, es decir, comienzos de marzo. Pero es un hecho que no hubo contacto
con las organizaciones del norte para ajustar el trabajo de los pitchers criollos
a las necesidades de Venezuela.
Esa falta
de coordinación, que tuvo su último fruto en la negativa de Detroit para que
Aníbal Sánchez abriera el domino, nuevamente, es reflejo de que el trabajo
previo no fue el ideal.
Edwin Zerpa
dijo hace año y medio, al explicar la ratificación de Luis Sojo al frente del
equipo, que debía ser así, porque apartando a Oswaldo Guillén, por entonces
manager de los Medias Blancas e inhabilitado para conducir a la novena nativa, no
había otros técnicos venezolanos en las menores. Se lo dijo en un foro a Carlos
Valmore Rodríguez y la redacción del diario Meridiano.
Así de poco
informado estaba el presidente de la Federación Venezolana de Beisbol. ¿Ha
cambiado eso con el correr de los meses?
Sobraron
pruebas del entusiasmo de los principales integrantes de la selección nacional.
Miguel
Cabrera alertó desde un principio que estaba dispuesto a mudarse de posición,
para jugar con el mejor lineup posible, aunque es el Jugador Más Valioso de la
Liga Americana; Omar Infante se ofreció como utility, incluso como jardinero; Asdrúbal
Cabrera terminó postulándose como intermedista, si eso ayudaba; sin que hubiera
una ganancia económica para ellos, se formó una de las mejores alineaciones que
recuerde la afición.
El fracaso
en el terreno es una parte del juego. Los rivales también cuentan. Pero dejar
de dar los pasos necesarios para conseguir el mejor equipo posible no debería
ser parte de lo ocurrido y lo fue.
Ahora Zerpa
indica que esto “no es un fracaso” y que el nuevo piloto saldrá del actual
cuerpo de coaches, porque ellos dirigen en las menores. Con cuatro años de
antelación, descarta a Guillén y a Alfredo Pedrique, los únicos que han
conducido en la gran carpa. Y a Omar Vizquel o a cualquier otro que para
entonces pueda tener la estatura necesaria.
Sojo
declaró que no renunciará, porque renunciar es de perdedores. Pero esta selección
lo fue. Aunque duela. Lo dicen los resultados. Negar que esto es un fracaso es
impedir el proceso de rescribir lo que se hizo mal, para hacerlo bien la
próxima vez.
Puerto Rico
recibe a sus visitantes con un lema en el aeropuerto internacional de San Juan:
“la Isla del Encanto”.
En el
Clásico Mundial, en cambio, Venezuela fue una isla empequeñecida por el desencanto.

Publicado en BeisbolVenezuelano.net, el lunes 11 de marzo de 2013. Aquí está el enlace original.
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor. Escribo sobre beisbol desde 1985. Dirijo ElEmergente.com. Soy comentarista en el circuito radial del Cardenales de Lara y en Televen, tanto en las transmisiones de la LVBP como en la MLB. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

Comparte en tus redes:

Más noticias

Sigue leyendo
Sigue leyendo

Orlando Arcia termina el Spring Training con otro jonrón y convertido en slugger

Tal parece que Orlando Arcia encontró una nueva faceta...

Manny Machado jonroneó en su parque número 32 [+VIDEOS]

Por Alexander Gómez Manny Machado conectó su primero cuadrangular...

Jordan Montgomery consigue contrato millonario y Scott Boras firma uno de sus peores años

El último cliente estelar de Scott Boras que seguía...

Yohander Méndez fue el mejor pitcher latino en pretemporada de Japón

El lanzador venezolano Yohander Méndez vivió una pretemporada de...
¿Te gustaría recibir notificaciones de El Emergente? Claro que sí Quizás más adelante