El emergente

La jornada de reflexión de nuestro beisbol y lo que allí se discutirá

Los equipos se reunirán el martes con la directiva de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.

Llevarán a cabo su “jornada de reflexión”, el cónclave que realizan para evaluar el campeonato recién concluido y proponer temas para la convención anual. Y hay temas.

En los últimos días surgió con fuerza el proyecto de reforma de la postemporada, que actualmente se disputa con cinco equipos y que algunas organizaciones quieren ampliar a seis o reducir a cuatro, según las posiciones expuestas hasta ahora.

El presidente de la LVBP, José Grasso, comentó en su programa Visión Financiera, por Actualidad, que los casos de violencia se redujeron en la última zafra gracias a la campaña que se hizo. Aplaudimos su entusiasmo y, sobre todo, que sea vocero y motor en ese tan necesario asunto. Diferimos en el concepto: ha habido iniciativas, pero no una campaña.

Empresas Polar tiene una campaña, al abogar por “el Juego Perfecto”. Ojalá el martes se den el tiempo para considerar la posibilidad de que todo el beisbol —equipos, jugadores, empleados, directivos y medios— se unan a una campaña semejante, para que de modo proactivo trabajemos todos a favor de un mejor espectáculo y de un mejor país.

Es posible que el arbitraje también sea tema de conversación y esperamos que, al hacer críticas y balances, se recuerde una decisión de los ocho equipos, que en mayo optaron por reducir el número de umpires importados.

La liga ha hecho bien al emprender el lento, pero necesario camino de insertar uno a uno a los mejores jueces venezolanos en las ligas menores, a fin de que sean cada vez más profesionales; los clubes pueden y deben ayudar a fortalecer el nivel del arbitraje, autorizando la contratación de más extranjeros —y que vengan de categorías superiores— y apoyando que sean más, muchos más los que vayan al norte a formarse y hacer carrera.

Eso cuesta dinero. Bastante dinero. Y son los clubes, en consecuencia, quienes pueden aprobarlo.

La campaña 2011-2012 dejó algunas necesidades urgentes respecto a las condiciones de campeonato: todo lo sucedido con el draft de jugadores no protegidos o las sustituciones debe ponerse por escrito de modo abundante y claro, a fin de que no haya espacio para la interpretación; debe crearse una comisión que imagine casos distintos que aún no hayan ocurrido, para que también sean reglamentados.

No estaría de más, incluso, que se estableciera un catálogo de castigos a la violencia en el diamante; que de antemano se sepa cuántos juegos debería estar fuera alguien que toque, empuje o golpee a un umpire, insulte al público o traspase las normas. Una especie de código penal beisbolero, con rangos para escoger, según haya atenuantes o agravantes. Tal vez eso ayudaría a mantener a raya las transgresiones y, sobre todo, quitaría peso a la directiva liguera ante la opinión pública.

Otro aspecto vital es devolver a la final sus dos días de descanso. Bastaría con empezar el 10 de octubre e iniciar la semifinal el 29 o el 30 de diciembre. O, como proponen Lara y Caracas, cambiar el formato de los playoffs.

Para esto último hacemos una sugerencia: no cambien nada sin consultar el deseo de los aficionados. El eco que hemos recibido sobre la ampliación a seis clasificados ha sido mayoritariamente contrario a la medida. No se trata de una encuesta científica, así que podemos estar equivocados. Pero para no errar también, los equipos deben evaluar bien el impacto que puede tener un cambio semejante en la gente, no sea que la eliminatoria pierda interés y la idea termine atentando contra las arcas y la estabilidad económica de nuestra pelota profesional.

Publicado en El Nacional, el domingo 12 de febrero de 2012.